16.12.18

Amor de tu vida

¿Sabes de esa persona que te sorprende con sus locuras
y la miras, y te ríes, 
y te das cuenta que en realidad la miras y sonríes con el alma,
y entonces, 
admites que estás profundamente enamorado 
a pesar de todo?
¿Sabes de lo que hablo 
cuando hablo de alguien
al que odias por sus impulsos 
pero no puedes dejar de abrazar 
cuando 
arrepentida y débil
acude a tí porque ambos sabéis
que tan sólo tú sabes cómo 
calmar sus miedos?
Tú admiras intensamente
a esa personita trágica
porque conoces lo que es capaz de hacer
y al mismo tiempo,
te compadeces de ella
cuando suele acabar mal
las cosas que hace como puede.
Lo que digo es si
has visto alguna vez
a tu ídolo
convertirse 
en una niña 
pequeña,
herida y, 
arrinconada.


El tiempo se detiene dulcemente
cuando hablas con quien
tienes la certeza que pasarás el resto de tu vida
aunque la mayoría de veces
acabáis discutiendo violentamente
y echándoos en cara
historias dramáticas del pasado
que en realidad te recuerdan
que vuelve a ser ella 
la única persona que conoce tanto sobre ti
que no es capaz de juzgarte,
y te perdona,
porque quizá no te entienda
pero su amor es tan grande
que escoge el calor de tu compañía
a alejarse con su orgullo.
¿Sabes de quién hablo
cuando digo que siempre suena 
tu canción favorita 
en el mismo momento
que os miráis a los ojos?
Que no puedes sentir con nadie más
una conexión tan profunda, 
tan honesta,
tan serena,
que cuando acaricia tu cuerpo mientras reflexiona
sobre vuestro futuro juntos.




Yo he encontrado a alguien así:
se trata de mí misma.





19.9.16

Cuando con entender sería suficiente

Hace años que los poetas 
dejaron de esperar en ventanas ajenas, 
para que una mujer 
sintiera amor 
por sus palabras de pena.

Tampoco ellos 
tienen fama de hacer llamadas, 
aunque no paren de escribirte
sin que tú lo sepas.

Quien nace poeta 
aprende a pasear su vida
entre piedras y amapolas,
charcos y algodones,
entre el dolor y la alegría.

Pocos son los que se esfuerzan
en explicar en persona
porqué los días son heridas,
ni porqué entiende a la poesía
como su única amiga.

Así que acepto que yo soy así
aunque sea por esto
que nunca he hecho
que no sé ni cómo se hace
pedirte ayuda.



12.9.16

Noche de 11S

Dos torres se destruían mutuamente
la noche del Once Ese; 
impuntuales como siempre, 
no le metas prisa a la muerte.

Víctimas del calor
en agua se encontraron los cuerpos 
con autopsia de ahogamiento
que además de la odisea, 
de tanto rasca, cielo, 
en tu cuello hubo impactos
sin quererlo.

Y aún no sé si sabes que
después de las caídas
suelen llegar las flores.
Pero nunca en vida
fuiste acostumbrado a esas cosas,
por eso mantengo el recuerdo
        
  de cuando tus piernas
        me dan la espalda
                     de cara a una rosa.

Pronto la paz volvió
con el peso de tu alma
confesa a la intemperie,
descubierta sin interrupción
mientras mi idea semidesnuda
rondaba como la más asustada
de aquella habitación.

Y por último,
siempre toca la despedida
ya sea a tu manera 
o como a mí me gusta,
pero ambas 
con la verdad en valentía
para decirte que:
Mi marca en tu piel
o tu olor en la mía
es lo más cerca que estuve
de dormir contigo.

Y así es como acabamos la noche del 11S que dio comienzo a la guerra en Oriente.





24.7.16

Hoy es el verano que nunca te conocí

La fatiga de la primera vez de cualquier cosa
me hace replantearme la alianza con el vino,
con el que vino sin avisar y me comió la boca
al que le di las gracias por hacerlo sencillo.

Combino un baile de zancadas a mi cuello
con mis pies de plomo robando besos,
con las palabras absurdas de cualquier Otro
y mis ganas de reírme cuando estamos cachondos.

Esta noche vamos ebrios pero tomémonos una más
no vaya a ser que mañana aún nos acordemos
o no vaya a ser que todavía nos preguntemos:
¿Cuánto ayuda el jazz para olvidar?

Para aquellos que sólo saben amar 
con los ojos abiertos y el corazón cerrado,
les voy a admitir que les entiendo
porque ellos no son más que amor fugado,
porque hoy sólo soy amor de verano.



[Y no me llames para nada más]




6.4.16

Le conocí con 29 espinas en la espalda y hoy son 35 rosas sin flor

Desde que se fue todo es un desastre.
Es verdad que casi
se me olvida su forma de mirarme
pero eso es lo de menos 
cuando su nombre daba sentido al caos
que he sido siempre 
guardada 
durante cinco años.

Hoy que

llegan nuestras risas con un día de retraso
y sus recuerdos con ocho meses de mi pérdida, 
será pronto 
para decir que yo lo veo tarde 
para ser un amor para toda la vida 
que no era para tanto.
Aunque fue 
lo nunca antes -ni después- 
jamás repetible.
Eso sí. 

Porque no recuerdo en la Historia
un amor más doloroso que el suyo.
Ni un día más bonito y triste que la madrugada de su adiós.
Y aún así, 
marcharse fue lo mejor que podía haberme pasado.
En serio.
Porque el amor es capaz de ahogarte 
en un desierto abandonado.

Desde que se fue

las primaveras florecen en invierno 
y yo me dejo dormir en cualquier brazo
para dejarme enamorar de cualquier capullo
y no me reconozco 
de lo vacía que estoy; 
de lo buena que parezco. 

Porque desde entonces me reencuentro
cuando me consiento escapar en noches como esta
que no sé si escupo alcohol u odio.
Que no sé, ni quiera, si se lo digo a quien merece
o debería contármelo al espejo.
Me escapo para volver a ser la mujer
que le prometí que jamás sería.

Pero no es mi culpa 

saber hacer mejor las cosas malas 
que las correctas.
Y juro que lo he intentado
y juro que he fracasado
porque al fin y al cabo,
el bueno de los dos 
siempre fue él.