19.9.16

Cuando con entender sería suficiente

Hace años que los poetas 
dejaron de esperar en ventanas ajenas, 
para que una mujer 
sintiera amor 
por sus palabras de pena.

Tampoco ellos 
tienen fama de hacer llamadas, 
aunque no paren de escribirte
sin que tú lo sepas.

Quien nace poeta 
aprende a pasear su vida
entre piedras y amapolas,
charcos y algodones,
entre el dolor y la alegría.

Pocos son los que se esfuerzan
en explicar en persona
porqué los días son heridas,
ni porqué entiende a la poesía
como su única amiga.

Así que acepto que yo soy así
aunque sea por esto
que nunca he hecho
que no sé ni cómo se hace
pedirte ayuda.



12.9.16

Noche de 11S

Dos torres se destruían mutuamente
la noche del Once Ese; 
impuntuales como siempre, 
no le metas prisa a la muerte.

Víctimas del calor
en agua se encontraron los cuerpos 
con autopsia de ahogamiento
que además de la odisea, 
de tanto rasca, cielo, 
en tu cuello hubo impactos
sin quererlo.

Y aún no sé si sabes que
después de las caídas
suelen llegar las flores.
Pero nunca en vida
fuiste acostumbrado a esas cosas,
por eso mantengo el recuerdo
        
  de cuando tus piernas
        me dan la espalda
                     de cara a una rosa.

Pronto la paz volvió
con el peso de tu alma
confesa a la intemperie,
descubierta sin interrupción
mientras mi idea semidesnuda
rondaba como la más asustada
de aquella habitación.

Y por último,
siempre toca la despedida
ya sea a tu manera 
o como a mí me gusta,
pero ambas 
con la verdad en valentía
para decirte que:
Mi marca en tu piel
o tu olor en la mía
es lo más cerca que estuve
de dormir contigo.

Y así es como acabamos la noche del 11S que dio comienzo a la guerra en Oriente.





24.7.16

Hoy es el verano que nunca te conocí

La fatiga de la primera vez de cualquier cosa
me hace replantearme la alianza con el vino,
con el que vino sin avisar y me comió la boca
al que le di las gracias por hacerlo sencillo.

Combino un baile de zancadas a mi cuello
con mis pies de plomo robando besos,
con las palabras absurdas de cualquier Otro
y mis ganas de reírme cuando estamos cachondos.

Esta noche vamos ebrios pero tomémonos una más
no vaya a ser que mañana aún nos acordemos
o no vaya a ser que todavía nos preguntemos:
¿Cuánto ayuda el jazz para olvidar?

Para aquellos que sólo saben amar 
con los ojos abiertos y el corazón cerrado,
les voy a admitir que les entiendo
porque ellos no son más que amor fugado,
porque hoy sólo soy amor de verano.



[Y no me llames para nada más]




6.4.16

Le conocí con 29 espinas en la espalda y hoy son 35 rosas sin flor

Desde que se fue todo es un desastre.
Es verdad que casi
se me olvida su forma de mirarme
pero eso es lo de menos 
cuando su nombre daba sentido al caos
que he sido siempre 
guardada 
durante cinco años.

Hoy que

llegan nuestras risas con un día de retraso
y sus recuerdos con ocho meses de mi pérdida, 
será pronto 
para decir que yo lo veo tarde 
para ser un amor para toda la vida 
que no era para tanto.
Aunque fue 
lo nunca antes -ni después- 
jamás repetible.
Eso sí. 

Porque no recuerdo en la Historia
un amor más doloroso que el suyo.
Ni un día más bonito y triste que la madrugada de su adiós.
Y aún así, 
marcharse fue lo mejor que podía haberme pasado.
En serio.
Porque el amor es capaz de ahogarte 
en un desierto abandonado.

Desde que se fue

las primaveras florecen en invierno 
y yo me dejo dormir en cualquier brazo
para dejarme enamorar de cualquier capullo
y no me reconozco 
de lo vacía que estoy; 
de lo buena que parezco. 

Porque desde entonces me reencuentro
cuando me consiento escapar en noches como esta
que no sé si escupo alcohol u odio.
Que no sé, ni quiera, si se lo digo a quien merece
o debería contármelo al espejo.
Me escapo para volver a ser la mujer
que le prometí que jamás sería.

Pero no es mi culpa 

saber hacer mejor las cosas malas 
que las correctas.
Y juro que lo he intentado
y juro que he fracasado
porque al fin y al cabo,
el bueno de los dos 
siempre fue él.








6.3.16

He perdido la cuenta de tus nubes pero:

Verás, cariño, sé que has venido.
Que no me has encontrado 
pero que no has dejado de sonreír.
Así que, bueno, me he mudado
de estación emocional.
¡Qué coño! 
Tuve que escapar, joder:
mi mano 
seguía en busca y captura
de la tuya.
Y claro, cómo no van a pensar de mí
que el amor es un crimen perfecto.
Y sabemos que tú lo hiciste,
pero que yo soy la única culpable;
cuando te dejé pasar sin preguntar,
cuando desordenaste mi armonía,
cuando con las mismas, te fuiste.
Y me quedé
-ojalá hubiera sido igual-
pero peor.
Creo que se ha ido la luz y ni noto la diferencia.
Pero es que hubo un día 
que me enseñaste a ver (a) distancia
y no sé si lo aprendí bien o no
pero veo que ya nada nos retiene cerca.
Que miento en una fiesta que no es mía
porque será la última.
Y mientras cicatriza,
un zumo a solas para llevar lejos, por favor.







22.2.16

Cuando apareces y no vuelves

Me despierto con el peso de los párpados
sustentando tu nombre,
con las grietas de no haber dormido 
pero 
de haberte soñado. 
Aunque ni me acuerde.

Pero me despierto en taquicardias y sé 
que fuiste tú mi último recuerdo inconsciente.
Porque una vez más, y como siempre,
me quitas el sueño.
Y me azota una realidad dueña de mí,
de nuestra historia en pesadilla.

Mentiría si dijese que no te echo de menos
cuando apareces en momentos inesperados.
En sonrisas de otros, en los que ya no quiero,
en los que te sigo pensando y en los que ya no estás.
Ni estaremos.

Pero a veces -casi siempre-, pienso
que eres ese silencio que ocurre tras un grito
en la intimidad de la naturaleza interna.
Eres ese hueco en el pulmón.
Eres la línea fina que divide lo que me mientes
y lo que puedo aprender de ti. 

Eres, o eras, o seguirás siendo
mi desvelar en madrugada favorito.

A pesar de todo.







16.2.16

Morí y me entendí después

Miré al cielo y mi pelo se soltó,
y desde entonces
creo que me dejé el corazón en Marte
y que su pulso se expande hasta aquí.
Porque hay música en mi piel
y cada noche un instrumento
dirige el concierto de emociones frustradas, 
dolidas,
vivas.

Respiré hondo y me empaché de soledad,
y desde entonces 
pienso que no soy suficiente 
y que a la vez me vengo grande.
Porque quiero vivir alto 
para ver lo ancho de mi aspiración
pero tengo miedo a las alturas
y me conformo con pegar un salto,
de mi cama a cualquier otro vacío.

Bailé a solas y entendí qué era el amor,
y desde entonces
admito que tengo horas descongelando
porque no conservo segundos de sobra de ayer.
Porque sigo jugando en mis jardines
como siempre desnuda 
y como siempre con las mismas rosas
aunque ahora 
con muchas más espinas.







14.2.16

El fin de su punto

Antes de irnos quiero que entiendas
que contigo nunca tuve prisa, 
pero me agobiaron tus excusas,
tus besos por compromiso,
tu
no-querer-estar
a-solas
conmigo.

Porque mi papel siempre fue observarte de lejos,
estuviera donde fuera.
Como fue entenderte,
y así, provoqué la despedida
que venias pidiendo desde hace tiempo.
Lo tendría que haber dicho antes
pero
quería ver cuánto eras 
capaz de 
aguantar/te/me/nos.

Ya no hay volumen que me suba la emoción
porque fuiste más un secreto
que una realidad.
Aunque es verdad que bebiste un poco de lluvia
y llegaste a entrar en mis charcos,
como es verdad que lo hiciste para ahogarme en ellos.
¿Sabes? Pudimos,
y aunque no fuimos
siempre seremos
-ojalá entiendas eso-.

Te di barra libre de cariño
y me dejaste con sed.
Y muchas veces pensaba que ojalá 
mi espacio 
se redujera contigo y 
tu tiempo 
fuera más grande por mí.

Que ojalá tu escapada fuese
venir a verme,
y ojalá la batalla hubiese sido
arrancarte las penas con mis bragas.

Pero ahora pienso que sólo eres verdad
cuando eres silencio.

Así que Tú
que puedes decir adiós,
escucha:
Te has ido, y sí que ha brillado el sol.