12.9.16

Noche de 11S

Dos torres se destruían mutuamente
la noche del Once Ese; 
impuntuales como siempre, 
no le metas prisa a la muerte.

Víctimas del calor
en agua se encontraron los cuerpos 
con autopsia de ahogamiento
que además de la odisea, 
de tanto rasca, cielo, 
en tu cuello hubo impactos
sin quererlo.

Y aún no sé si sabes que
después de las caídas
suelen llegar las flores.
Pero nunca en vida
fuiste acostumbrado a esas cosas,
por eso mantengo el recuerdo
        
  de cuando tus piernas
        me dan la espalda
                     de cara a una rosa.

Pronto la paz volvió
con el peso de tu alma
confesa a la intemperie,
descubierta sin interrupción
mientras mi idea semidesnuda
rondaba como la más asustada
de aquella habitación.

Y por último,
siempre toca la despedida
ya sea a tu manera 
o como a mí me gusta,
pero ambas 
con la verdad en valentía
para decirte que:
Mi marca en tu piel
o tu olor en la mía
es lo más cerca que estuve
de dormir contigo.

Y así es como acabamos la noche del 11S que dio comienzo a la guerra en Oriente.





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