10.10.12

Más que adiós

Tiempo de despedidas y sonrisas invertidas. De escritura a lo que no se quiere perder, al futuro incierto y a las pocas ganas de crecer. Ola que arrasa con el reloj de arena, sin más tiempo para otra pequeña espera. El tiempo que quieres parar y, en su lugar, acelera.

Transeúnte con equipaje lleno de amor y recuerdos. De palabras que no fueron dichas en su momento. No hay demasiada noche, ni suficientes palabras para decir lo que siento. Maletas con nombres y apellidos, rebosantes de aventuras, situaciones y, sobre todo: cariño.

Capítulo nuevo, sin pasar página incluso saturada de tinta. Mismo escritor no puede escribir novela tan distinta. El sosiego reunido para leer lo que dicen las estrellas, sin manera de predecir lo que les acecha. Ya no nos quedan más excusas; pero, siempre nos quedará mirar la misma luna.

1.10.12

5 minutos más

Alarma. 9:10a.m. Pero aún tiene cinco minutos más, como siempre.

Primer minuto: Media vuelta y a seguir soñando. ¿Cómo era? ¿En una playa? No. ¿Bajo un paraguas? Tampoco. Mmm...

Minuto segundo: Se da cuenta que los sueños se desvanecen rápido. Media vuelta al otro lado. ¿Qué tenía que hacer hoy? ¿Meeting en Hyde Park? No. ¿Entrevista en un nuevo pub? Tampoco. Nada, no se acuerda.

Tercer minuto: Abre los ojos. Desde la cama se ve cielo despejado, se pregunta qué vestido ponerse. ¿El rojo? No, es demasiado. ¿El negro? Tampoco. Siempre fue indecisa para vestir, sobre todo si no iba a ver a nadie.

Penúltimo minuto: Ya mirando al techo, intenta recordar qué hizo anoche. Todo está borroso pero, ¿fiesta con amigos? No, no hay tacones en el suelo. ¿Cena sola en casa? Mmm... ¡Sí, eso era! Por fin algo que recuerda.

Último minuto: Alarma, ya es la hora. "¿Cómo he acabado así?"-se pregunta.

 
Y así es como pasa sus primeros 5 minutos del día; acordándose que se acuesta sola.


9:16a.m. Silencio, empieza la función.