3.10.15

Ojalá pasado todo

Ni siquiera se merece que escriba sobre ello, sin embargo 
le quiero. 
Aunque ni me acuerde. Ni sea otra cosa en la que piense. 

Nunca he aprendido de ninguna bofetada y sé que no aprenderé de esta. 

Pero me estoy acostumbrando a tener dos caras: 
la de la persona que me gustaría mantener ser por la noche, 

la que la noche me envenena.

Son tantas las lágrimas que ni me creo débil, 

tan sólo quebrada.
Por la vida, la experiencia y 
sus memorias en mi cabeza. 
Pero hombres siguen pasando por mi cama, 
suma y sigue 
y ninguno 
a su recuerdo le resta importancia. 
Les echo 
y a ninguno 
les vuelvo a coger las llamadas. 
Supongo que es porque ya no me da la gana fingir que soy feliz 
al lado de una cara extraña.

Me olvido de haber sido engañada una y otra vez, 

por mí misma. 
Me olvido que le odio, 
me olvido que me quiero. 
Pero no soy capaz de olvidarme de nosotros.

Aunque

                        nosotros 
vuelva a ser otra mentira.