2.4.14

Pureza

Ahora que me tengo atrapada, voy a contar las penas del silencio. Una a una, para darles su importancia. Despacio, para detallar la esencia de sus entrañas. Ahora, que duele. Rincones con caladas solitarias y recuerdos, que se vuelven pequeños.

Intensos.

Aislamiento. Es lo que necesito, un par. O quizá décadas si es para encontrarme. El lienzo sigue en blanco frente a una pintora que olvidó coger un lápiz. Viaje al interior del misterio. Cambio de rumbo debido a los mares del susto. Mientras, en tierra firme anuncian la llegada de un corsario. Agonía. Es lo que desprendo, un par.

Un escalofrío llega para advertir de un anhelo efímero. El viento ha cambiado y el conocimiento se vuelve prohibido. Exclusivo para unos pocos. Muy pocos. 

Ninguno.




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